El propósito de haber escritor este libro no responde a otra inquietud que la de recoger los artículos que había sacado en la prensa, fundamentalmente en “La Voz de Cádiz”, ordenarlos por temáticas y darles un poco más de calor, explicando cómo se gestaron y a qué momentos e inquietudes propias respondían. Una parte significativa de ellos lleva el sonido del mar de fondo, al hablar sobre los faros, las olas -las normales y las “extrañas”, como los tsunamis- y las playas. Sin ocultar mi pasión por tratar de explicar, de forma sencilla, la complejidad de los fenómenos costeros que tan habituados estamos a ver los que vivimos cercanos al mar, algo que no siempre es entendido por la ciudadanía, ni por las noticias de los periódicos locales, sobre todo después de los habituales temporales de invierno. Pero también hay historias de personajes a los que he admirado, así como de algunos amigos, protagonistas de mi novela «Un mundo entre faros», que nos abandonaron. En el fondo, todo lo reunido en este libro no deja de ser más que un agradecimiento y un «Gracias a la vida» por poder contarlo.

El relato se inicia en Cartagena, cuando los hermanos Juan y Ginés aprueban unas oposiciones a torrero y se separan para ocupar sus respectivas plazas: Ginés, el mayor de los hermanos, la del faro de Cabo de Palos, y Juan la del faro de Cádiz. Tras un breve tiempo, éste se establece como torrero principal en el faro de Chipiona. Los hijos de ambos continuarán la misma profesión en los mismos faros, que, aunque muy parecidos, están lejanos en el espacio. Uno de los primos, Juan, narrador de esta novela, no olvidará aquel verano de 1906 en Cabo de Palos, ni el extraordinario acontecimiento que allí ocurrió; tampoco a sus gentes y, sobre todo, a su primer amor. En esta novela, Cádiz, Cartagena y Chipiona se mezclan a través de sus faros, conformando una narración impregnada de nostalgias y de historia, en donde el tiempo es manejado por el autor para que afloren los recuerdos de su querido Cabo de Palos.